La batalla por la educación inflama México

El conflicto por la reforma educativa en México se desbocó este domingo con la muerte a tiros de al menos seis personas en el desalojo de una autopista bloqueada por maestros disidentes. La escabechina ocurrió por la mañana en la carretera junto al pueblo de Nochixtlán, en Oaxaca, el Estado del sur de México donde se concentra la oposición radical a una reforma que el Gobierno considera imprescindible para modernizar el rezagado modelo tradicional y que la facción sindical que aglutina las protestas, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ve como un caballo de Troya contra la educación pública.

La causa del tiroteo es aún difusa. Todo empezó con las trazas habituales de los choques entre los maestros contestatarios y la policía, con barricadas de vehículos en llamas y lanzamiento de objetos, pero en un punto la situación se descontroló por completo y pasó a un terreno que hasta ahora no se había pisado en la disputa sobre la reforma. El jefe de la Policía Federal, Enrique Galindo, ha afirmado que se trató de una “emboscada” que los “envolvió” con cócteles molotov y cohetes artesanales y que escaló de pronto a los balazos contra los agentes y contra los propios manifestantes. Ante la situación, explicó Galindo, llegaron refuerzos especiales que respondieron con fuego.

Los seis muertos tenían entre 19 y 33 años. Dos de ellos formaban parte de la protesta y los otros cuatro no, de acuerdo con la versión oficial. Se investiga si los balazos mortales que recibieron fueron disparados por la policía o por los supuestos atacantes imprevistos. Hubo más de 100 heridos, entre ellos medio centenar agentes, ocho heridos de bala. El comandante sostiene que los responsables fueron grupos radicales que no están vinculados al movimiento de los maestros y que durante el ataque llegaron a sumar “más de 2.000” individuos. Hasta este lunes se ha comunicado, sin más detalles, que hay 21 detenidos.

Un reportero asesinado

El domingo, en otro punto de Oaxaca, en el municipio de Juchitán, fue asesinado el reportero Elidio Ramos Zárate, del periódico El Sur. El periodista, que cubría las protestas de los maestros contra la reforma educativa, estaba descansando en un banco cuando dos individuos en moto se le acercaron y le dispararon con armas largas. Ramos, de 44 años, era el responsable de la información policial de su diario. En El Sur no había constancia de amenazas de muerte contra su periodista. Más de 90 informadores han sido asesinados en México desde el años 2000.

La versión de la CNTE, que eleva a ocho el número de muertos y los reclama a todos como propios, es que fue un ataque directo de la policía. “Dispararon sin piedad. Ellos fueron a agredir”, dijo en Oaxaca uno de sus líderes, Juan García, que acusó a las autoridades de orquestar el caos con agentes infiltrados como pretexto para poder arremeter contra ellos. La rama sindical radical, que cuenta con más de 100.000 agremiados en el cinturón sur de México, pobre y tradicionalmente desatendido por el Estado, ha pedido la renuncia del Gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, y del secretario de Educación Aurelio Nuño, un tecnócrata de la máxima confianza del presidente Enrique Peña Nieto que carga con la ardua misión de ejecutar la reforma manteniendo la paz social.

Peña Nieto ha dicho a través de su cuenta de Twitter que su Gobierno investigará el origen de los altercados para castigar a los responsables y que tomará “las acciones necesarias para solucionar el conflicto”.

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