De competencias e incompetentes  

Marisú Ramírez
Todos estamos haciendo lo mejor que podemos en este tumultuoso tiempo. Unos en sentido positivo y otros muchos en sentido negativo. Por doquier se ven personas caer en situaciones desesperadas y por caminos errados. Continuamos haciendo nuestro trabajo y tratamos de atar algunos cabos sueltos.
Navegar con la brújula correcta por la vida no es nada fácil y tropezamos continuamente con el flagelo de las ironías del destino. Pareciera haber una inspiración de hacernos cargo de las cosas que no hemos querido enfrentar o que hemos estado dejando de lado, esperando que suceda un gran cambio afuera, en el mundo.
Cubrir nuestras necesidades básicas a menudo se convierte en tarea titánica, sobre todo en México. Miedo a un colapso financiero, impuestos estratosféricos, sindicatos y organismos gubernamentales que se encargan de abusar de la gente trabajadora. Es verdaderamente admirable subsistir con tantas presiones,  carencias y pésimos servicios.
La prioridad para la mayoría de la gente es tomar conciencia, requerimos infraestructura para cuestiones tan básicas como el suministro de agua potable y otros servicios básicos como el transporte público. Los de aquí dicen que es competencia del Estado, los del Estado nunca resuelven nada y la Federación, pues muy bien ¡Gracias! Sigamos sin agua en nuestros hogares y también transportándonos en camiones oxidados y malolientes ¡Excelente imagen para un destino turístico de talla “Internacional”!
Mis respetos para los señores conductores del transporte público que realizan verdaderos milagros; conducen con las manos llenas de grasa por las reparaciones emergentes que realizan para hacen que las unidades funcionen.
Es mi opinión, ciertamente es aceptable en este momento. Después de todo, si el sistema colapsa, todos vamos a pasarla muy mal, todos merecemos la abundancia y la conveniencia, si lo elegimos.

Las cosas no cambian de la noche a la mañana, sólo se puede hacer lo que lo haga a uno más feliz para poder concentrarse en sus responsabilidades y propósito de vida. Y exigir, tenemos el derecho, la obligación y la forma de hacerlo. Es cuestión de razonar muy bien a quien le entregamos nuestro derecho de representación.
Donde va la atención, fluye la energía…
Realmente ayuda estar en el momento presente, no atado al pasado o preocupado por el futuro. Con paciencia estaremos en condiciones de hacer frente a las cosas que hemos puesto fuera que se ocupan de nuestros hogares, los aspectos legales, políticos y las finanzas.
Revisemos nuestro inventario y aligeremos la carga. Démoslo en caridad para que sean re-utilizados o tiremos lo innecesario. Está bien contribuir al vertedero por última vez.
Cambiemos nuestra forma de adquirir cosas materiales y superfluas, ya no debemos contribuir a la basura como antes. Si esto le está pesando enormemente, lo mejor es liberarse de ello ahora y vivir el presente, no en el futuro.
Mientras no dañemos al planeta o a otros, hay maneras de eliminar la energía negativa que está intrínsecamente atada a los miedos e indecisiones. Usamos el dinero como nuestro método de cambio y podemos centrarnos en dejar de depender lo más posible del sistema, pero todavía tenemos que comer y tener un techo sobre nosotros para poder contribuir positivamente con la sociedad.
La clave es ser feliz en lo que hacemos para una generación positiva de energía. Tomar descansos en las relaciones, no destruirlas, los que dependen de ello no lo merecen. Es muy importante que cada persona pueda trabajar en sí misma para lograr su desarrollo evolutivo. Es momento de priorizar, para poder concentrarnos y darle su tiempo a aquellas cuestiones que nos ayudarán a movernos hacia un futuro mejor.
Tomemos un descanso de la sobrecarga de los medios de comunicación y la Internet. Muchas personas están con sobrecarga cerebral y sólo necesitan dejar de escuchar todo e irse a su interior para una profunda comunión con su ser superior.
A veces tenemos que dejar fuera las reglas o por un momento vivir como un niño otra vez… con armonía y en paz. En mi opinión, esto va a pasar cuando hagamos que pase. Esperemos que esta sea la última vuelta, y colectivamente, si todos nos ocupamos de nuestras responsabilidades una a la vez, podemos seguir avanzando a un ritmo más rápido… y sobre todo con mucha fuerza, precisión y certeza. masryram@msn.com

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